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domingo, 1 de abril de 2012

GUÍA DEL ECUADOR, SU PATRIMONIO MUNDIAL (II): CUENCA

San Sebastián

Santa Ana de los Ríos de Cuenca, la Atenas del Ecuador


Cada vez que tengo que escribir o hablar de la ciudad ecuatoriana de Cuenca, lo primero que me viene a la cabeza es el miedo que pasé allí un día de finales septiembre del año 2005. Estaba cenando en un buen restaurante del barrio del Barranco, cuando de repente todo empezó a tambalearse. Los platos se movían, las copas se tumbaban, las lámparas bailaban y los comensales nos mirábamos unos a otros sin saber demasiado qué hacer. La gente de Cuenca era la única que se mostraba impasible, decían "sólo es un temblor". Pero a los extranjeros ese "temblor" nos pareció larguísimo, y nos faltó poco para escondernos bajo las mesas o salir corriendo a la calle. Pienso que a mí me afectó más que a otra gente, pues durante el rato que duró el terremoto me venían a la memoria unas imágenes vividas el año anterior. La Unesco me había enviado a fotografiar la ciudadela de Bam (Irán) - un día os hablaré de este fabuloso lugar- y allí, el día de San Esteban de 2003 había habido un terrorífico terremoto. Murió más de la mitad de la población, más de 46.000 personas. Cuando fui a hacer fotos en Bam, sólo hacía unos meses del suceso y el ambiente que se respiraba era de desolación y destrucción.
Casas entorno al Parque Calderón
Pero mejor dejémonos de divagaciones y vayamos al tema. La ciudad de la que hoy os hablo es considerada por muchos ecuatorianos como la ciudad más bonita del país. El centro histórico muestra orgullosamente los recuerdos de un pasado colonial espléndido. El señorío de las calles, las viejas mansiones con cuidados patios y la innata elegancia de la que hace gala el conjunto del casco urbano, dan la razón a todos aquellos que han ideado epítetos tan acertados como el de “Cuenca, tesoro escondido del Ecuador”, “Capital cultural del Ecuador "o" La Atenas del Ecuador ». Todos los valores que guarda le valieron ingresar en 1999 en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

San Francisco
Cuenca es la tercera ciudad del país, capital de la provincia de Azuay, en plena zona de la Sierra, a una altura de 2.541 metros, y se encuentra 472 km al sur de Quito y 241 km al sureste de Guayaquil. Su población supera de poco los 300.000 habitantes.
Ruinas de Todos los Santos
La ciudad puede vanagloriarse de haber encontrado un perfecto equilibrio arquitectónico entre una tradición cultural, herencia del dominio español y de una nueva forma de concebir el urbanismo. Pero no toda la belleza de Cuenca es obra del hombre, la propia naturaleza ya había dotado de unos encantos especiales a la llanura Paucarbamaba, lugar donde se asienta la ciudad, y que en la lengua indígena cañarí significa «llanura de flores y pájaros», además, los cuatro ríos que la bañan han servido para dignificar aún más su privilegiado paisaje. Pero Cuenca no sólo es eso, sino el fruto de una larga suma de atributos como son los mercados, los puestos de flores, la variada artesanía, la simpatía de sus gentes, la herencia de sus intelectuales e hijos ilustres y como no la huella dejadas por los cañarís y los incas.

Las Conceptas
La cultura Cañar o cañarí se desarrolló en estas tierras y fue de las más avanzadas de los Andes. Sus orígenes son confusos, situándose hacia el siglo VI d.C. En donde hoy se levanta Cuenca tenían su principal asiento, Guapondelig. La llegada del inca Yupanqui al frente de 40.000 guerreros truncó la evolución de los cañarís y después de duros enfrentamientos fueron asimilados por el imperio inca hacia el año 1470. En el mismo emplazamiento de Guapondelig fundaron la ciudad de Tomebamba.

El hijo de Tupac Yupanqui, Huayna Capac, nació en Tomebamba y al hacerse con las riendas del imperio inca quiso convertir su ciudad natal en una capital tan esplendorosa como Cusco, haciéndose construir un palacio llamado Pumapungo (Puerta del Puma). Al morir Huayna Capac en 1527, sus hijos se repartieron el imperio; Atahualpa heredó el norte, con importantes ciudades, entre ellas Tomebamba, mientras que Huáscar se quedaba con Cusco como centro de la zona sur. Las disputas entre los dos hermanos no tardaron en convertirse en una guerra civil. Los nobles cañarís, educados en Cuzco, pero que seguían habitando en Tomebamba, se pusieron al lado de Huáscar provocando las iras de Atahualpa, el cual destruyó la ciudad y masacró a la clase dominante cañarí.


En 1547 el conquistador y cronista español Cieza de León llegó a Tomebamba, pero ésta ya no era más que un montón de ruinas. El día 12 de abril de 1557, el también español Gil Ramírez Dávalos por encargo del virrey de Lima funda la nueva ciudad. Fue bautizada con el poético nombre de «Santa Ana de los Ríos de Cuenca», en una clara alusión a los cuatro ríos que riegan el fértil valle, el Tomebamba, el Machángara, el Yanuncay y el Turquí, y también el nombre sugiere a la Cuenca de España. El mismo año de la fundación se iniciaban las obras de la catedral, el primer paso de lo que sería importante centro colonial. Cuenca se liberó de la corona española el 3 de noviembre de 1820.

Catedral Vieja
La Catedral Vieja, ahora conocida como iglesia del Sagrario, utilizó sillares incas en su construcción; estas piedras provenían del destruido palacio Pumapungo. Este edificio además tiene una historia ligada con la ciencia. El pináculo de su campanario sirvió de vértice para determinar el arco del meridiano terrestre, en la misión geodésica francesa de Carlos María de la Condamine, en el año 1739.

Catedral Nueva
En 1885 se empezó a construir una nueva catedral, la cual no se terminó hasta el año 1967. Es una construcción colosal, de las más grandes catedrales de América. Una de sus características, al igual que la mayoría de iglesias de la ciudad, es que las torres de los campanarios son bajitas en comparación al resto del edificio, esto es para evitar que caigan a consecuencia de los frecuentes terremotos.

Todos los Santos
Paseando por el casco antiguo de Cuenca se pueden ver muchas más iglesias interesantes, también hay monasterios, alguno de ellos reconvertido en museo. Las ruinas del período inca están bastante deterioradas, pero aún se pueden contemplar dos importantes conjuntos: las de "Todos los Santos" y los restos del palacio de Pumapungo. Otro de los atractivos arquitectónicos es bastante más reciente en el tiempo, y es el conjunto de edificios singulares construidos entre los siglos XVIII y XX. Muchas de estas mansiones señoriales son ahora hoteles lujosos, museos o centros oficiales.

Barrio el Barranco
El barrio «El Barranco», construido sobre un promontorio, es el más pintoresco de la ciudad; las casas parecen estar suspendidas en el vacío, sobre el curso del río Tomebamba, desde la parte alta se contempla una dilatada panorámica. La visión de El Barranco, recuerda curiosamente la ciudad española de Cuenca con sus típicas casas colgantes.

Parque Nacional de Cajas
Dieciocho kilómetros al oeste de Cuenca se encuentra el parque nacional de Cajas, un lugar de alto valor paisajístico. Sus montañas llegan hasta los 4.450 metros de altura; en medio de las peñas y lagos, discurre el antiguo camino inca. Bosques en estado puro, valles cerrados formando lagos de aguas cristalinas y amplias zonas de páramo, componen este bellísimo lugar de orografía compleja. La fauna es la propia de estas alturas, con la presencia destacada de pumas, osos de antifaz y los majestuosos cóndores.


Sin lugar a dudas, en una visita a Ecuador, conviene dedicar al menos un par de días a conocer la ciudad andina de Cuenca.


* Texto inspirado en parte del libro: RUMBO A ECUADRORY GALÁPAGOS, de Toni Vives. Editorial Laertes.


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