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jueves, 26 de enero de 2012

GUÍA DE CHINA – EL PATRIMONIO MUNDIAL DE LA UNESCO (VII)

El templo del Cielo (Tiantan)

templo para las Rogativas por las Buenas Cosechas
Hace un año empecé a publicar los post sobre el patrimonio mundial de Unesco en China, el primero que colgué (enero 2011) estaba dedicado al Palacio Imperial, más conocido como Ciudad Prohibida, en Beijing. Hoy os presento un templo directamente relacionado con ese Palacio. 
Dragones esculpidos en las escaleras del templo
Situado a unos 3 kilómetros al sureste de la Ciudad Prohibida se encuentra el templo del Cielo. En realidad son varios templos enlazados que forman un conjunto indisoluble. Es un monumento que por sí solo aglutina todo el saber chino, desde la más sublime tecnología a la más complicada de las simbologías. Considerado como una de las más importantes obras arquitectónicas de todos los tiempos, el conjunto fue incorporado como Bien Cultural del Patrimonio Mundial de Unesco en 1997.
Primero una breve introducción a la figura del emperador: era el representante del Cielo, «Hijo del Cielo», reafirmaba su poder terrenal a través de la fuerza que le daban los ritos. Para crear un marco a su medida se construyó este templo donde juegan tanto los elementos yin como los yang (tierra y cielo). El carácter chino wang () que se usa para emperador, contiene en sí mismo la trilogía básica común a otras civilizaciones (Cielo, Hombre, Tierra), donde el hombre no es un cualquiera, sino el Príncipe, aquel que Confucio denomina el Gran Hombre, encargado de hacer de puente entre el Cielo y la Tierra. El complejo arquitectónico del templo del Cielo refleja este simbolismo.
Dos veces al año el emperador realizaba un solemne recorrido desde la Ciudad Imperial hasta el templo del Cielo. El solsticio de invierno marcaba una fecha muy especial; precedido de un ayuno real, el emperador, con mucha pompa y acompañado por toda la corte, era llevado hasta donde, según la tradición, debía comunicarse con el cielo para redimir todos los pecados de los habitantes del imperio y alejar los castigos y calamidades que el cielo pudiese enviar, a la vez que pedía unas buenas cosechas. El espectáculo estaba vedado en todo momento a los ojos del pueblo. La fiesta de Primavera tenía una importancia menor dentro de la tradición confucionista, pero precisaba también de la presencia imperial en el recinto del templo del Cielo.
El santuario se empezó a construir con el emperador Chengzu, en 1420, y se concluyeron definitivamente las obras con Qianlong, en 1749. La gran obra cubre una superficie de 273 hectáreas y está rodeada por dos murallas. La exterior tiene un perímetro de 6,4 kilómetros y la interior de 4,1 km. La disposición de las edificaciones se estructura a partir de dos ejes, el que va de sur a norte englobando los principales templos y altares, y la línea oeste‑este que da acceso al centro del conjunto, mantiene la tradición de los cinco puntos cardinales (en la antigua China, el quinto punto cardinal era el central y tenía más importancia que los otros cuatro).
Vista del conjunto desde lo alto del altar del Cielo
Empezando por el sur, una vez cruzada la puerta de la primera muralla se encuentra la puerta Celeste del Sur y detrás, rodeado de jardines, el altar del Cielo (Huanqiutan), construido en 1530 por el emperador Shizong y ampliado en 1747 por Qianlong. Cuatro pórticos triples de mármol blanco situados en los cuatro puntos cardinales dan acceso al recinto cuadrado que rodea el altar. Este se alza sobre una plataforma de tres niveles, sin cobertura alguna. En el centro de la terraza superior, un círculo de piedra rodeado de otros nueve círculos concéntricos marca el lugar donde el emperador realizaba los sacrificios al cielo. El hecho de que sean nueve los círculos y que el primero esté compuesto por nueve losas de mármol y los siguientes con números proporcionales a 9 hasta el último que tiene 81 losas, viene dado por el hecho de que el 9 es una cifra del yang, el cielo. El tres, que es el número de terrazas y de pórticos, hace referencia a la conjunción del yang, celestial, y el yin, terrestre. Otra curiosidad arquitectónica es el fenómeno de reflexión de sonido que se produce en la piedra central del altar, basta con hablar en voz baja para que se produzca una ampliación súbita del volumen.
El altar del Cielo
templo de la Bóveda Imperial
Siguiendo hacia el norte y rodeado por el llamado muro del Eco se alza el pequeño templo de la Bóveda Imperial del Cielo (Huangqingyu). construido en el año 1530, de forma circular y descentrado respecto al patio que lo circunda. Mide 19,5 metros de altura y 15,6 de diámetro. En el interior, 8 columnas doradas sostienen un techo de tejas azules, la auténtica bóveda Imperial, con paredes y techo pintados. El emperador acudía aquí para orar delante de la estela del Cielo, que aún se guarda encerrada en una caja de madera. Uno de los aspectos que más llama la atención al visitante es el curioso efecto de reflexión de sonido que se produce situándose en las losas del Triple Eco (Sanyinshi): hablando en voz alta desde la primera losa se escuchará un solo eco, desde la segunda losa el eco será doble y desde la tercera se oirá triple. En el muro del Eco, si se coloca una persona de frente a la pared y habla, otra persona situada en la parte diametralmente opuesta puede escucharla a la perfección. Estos dos fenómenos que teóricamente funcionan, en la realidad son difíciles de apreciar, pues es tan elevado el número de visitantes hablando desde todos los puntos y a la vez en voz alta, que se hace imposible discernir la voz de quien nos está hablando.
templo de la Bóveda Imperial
el camino divino
vistas desde el camino divino
Más al norte se llega al templo para las Rogativas por las Buenas Cosechas (Qiniandian). Mucha gente se confunde y piensa que éste es el templo del Cielo, lo que sí es el edificio más importante y sobresaliente. Para acceder a él, primero habrá que recorrer el camino divino o puente de la Escalinata Roja que lo enlaza con el templo de la Bóveda Imperial del Cielo. Esta vía de comunicación con más de 400 metros de recorrido y 25 de anchura, era la ruta empleada por el emperador en su visita durante el solsticio de primavera. El templo fue construido en 1420 por el emperador Chengzu, en 1889 se incendió al recibir el impacto de un rayo, al año siguiente fue reconstruido.

acceso al templo para las Rogativas por las Buenas Cosechas
el templo para las Rogativas por las Buenas Cosechas
Asentado sobre una triple terraza rodeada de balaustradas de mármol blanco, el templo, de estructura circular, se sostiene en 28 columnas talladas en madera de machilus nanmu y lacadas en rojo, el tejado es triple con tejas azules y va rematado por una bola dorada. Sólo una puerta situada al sur da acceso a él. La altura del edificio es de 38 metros y el diámetro en la base de 30 metros. Está construido enteramente en madera y sin un solo clavo ni refuerzo alguno de hierro. La rica decoración se inicia ya en las escalinatas que suben hasta el nivel de la tercera terraza; allí, dispuestos en rampa aparecen dragones y aves fénix grabados sobre mármol. El interior y el exterior del templo están completamente pintados y lacados. La bóveda es una auténtica maravilla, con aves fénix, dragones y rematada por un medallón dorado con relieves. Las cuatro columnas centrales son las más robustas y simbolizan las cuatro estaciones del año, las otras veinticuatro, colocadas en dos círculos concéntricos representan los 12 meses del año las interiores y las 12 divisiones del día las exteriores. Los muebles que se conservan están en la misma disposición que durante el último imperio; en el centro se dispone un trono y una larga mesa, con un biombo donde se colocaban las estelas del Cielo y la Tierra. A la izquierda está el lugar de descanso del emperador y a la derecha el espacio destinado a los sacrificios.
la inconfundible imágen del templo
El pabellón de la Abstinencia (Zhaigong) se encuentra saliendo a mano izquierda hacia la puerta Celeste del Oeste, junto con el pabellón del Doble Anillo, hecho construir por Qianlong con ocasión del setenta aniversario de su madre. Son dos destacados edificios que pueden visitarse en los terrenos del templo del Cielo. El jardín de los Rosales de la India es otra de las zonas de paseo interesantes del parque.
       
*Texto parcialmente extraído del libro: RUMBO A CHINA, de Toni Vives y Josep Giró. Editorial Laertes.